MI COLUMNA - Diario Viral- AREQUIPA 22/02/25
"El Etiquetado, entre la utilidad y el perjuicio"
https://edicion.diarioviral.pe/edicion-22-2-2025 Página 18
El
etiquetado es una herramienta cognitiva que nos ayuda a simplificar la
complejidad del mundo. Desde una perspectiva neurocientífica, la corteza
prefrontal y el hipocampo trabajan juntos para crear categorías
que facilitan la toma de decisiones. Este mecanismo, esencial para la
supervivencia, nos permite identificar rápidamente patrones, como cuando vemos
un semáforo en rojo y lo etiquetamos como "peligro".
En
contextos sociales, el etiquetado puede ser problemático. Un joven con tatuajes
puede ser visto como "poco profesional", limitando sus oportunidades
laborales. En redes sociales, etiquetas como "influencer" o
"hater" simplifican interacciones, pero fomentan juicios apresurados.
Incluso quienes practican yoga o meditación son etiquetados como
"hippies" o "desconectados", ignorando sus beneficios.
Estudios en Frontiers in Human Neuroscience (2017) demuestran
que la meditación aumenta la materia gris, mejorando atención,
memoria y regulación emocional.
Según
investigaciones en Nature Neuroscience (2018), el cerebro usa
etiquetas para predecir comportamientos. Si alguien es etiquetado como
"amigable", liberamos oxitocina, la hormona de la
confianza. Si es etiquetado como "amenazante", se activa la amígdala
cerebral, asociada al miedo.
En
la educación, etiquetar a un estudiante como "problema" puede
estigmatizarlo, mientras que llamarlo "creativo" puede potenciar su
talento. Erving Goffman, en Estigma: La identidad deteriorada,
explica cómo estas etiquetas afectan la autoimagen y las oportunidades.
Aunque
el etiquetado es útil, debemos usarlo con conciencia. Las etiquetas no definen
a las personas; las experiencias y conexiones auténticas son lo que realmente
importa. Construyamos una sociedad que valore la individualidad, no las
categorías simplificadas.
El etiquetado: entre la utilidad y el prejuicio
El
etiquetado es una herramienta cognitiva que nos ayuda a simplificar la
complejidad del mundo. Desde una perspectiva neurocientífica, la corteza
prefrontal y el hipocampo trabajan juntos para crear categorías
que facilitan la toma de decisiones. Este mecanismo, esencial para la
supervivencia, nos permite identificar rápidamente patrones, como cuando vemos
un semáforo en rojo y lo etiquetamos como "peligro".
En
contextos sociales, el etiquetado puede ser problemático. Un joven con tatuajes
puede ser visto como "poco profesional", limitando sus oportunidades
laborales. En redes sociales, etiquetas como "influencer" o
"hater" simplifican interacciones, pero fomentan juicios apresurados.
Incluso quienes practican yoga o meditación son etiquetados como
"hippies" o "desconectados", ignorando sus beneficios.
Estudios en Frontiers in Human Neuroscience (2017) demuestran
que la meditación aumenta la materia gris, mejorando atención,
memoria y regulación emocional.
Según
investigaciones en Nature Neuroscience (2018), el cerebro usa
etiquetas para predecir comportamientos. Si alguien es etiquetado como
"amigable", liberamos oxitocina, la hormona de la
confianza. Si es etiquetado como "amenazante", se activa la amígdala
cerebral, asociada al miedo.
En
la educación, etiquetar a un estudiante como "problema" puede
estigmatizarlo, mientras que llamarlo "creativo" puede potenciar su
talento. Erving Goffman, en Estigma: La identidad deteriorada,
explica cómo estas etiquetas afectan la autoimagen y las oportunidades.
Aunque
el etiquetado es útil, debemos usarlo con conciencia. Las etiquetas no definen
a las personas; las experiencias y conexiones auténticas son lo que realmente
importa. Construyamos una sociedad que valore la individualidad, no las
categorías simplificadas.