¿Escribir poesía Vallenata?
Cuando recibí la invitación de Arte Poética Latinoamericana y del Ministerio de Cultura de Colombia para crear poesía vallenata y presentar mi poemario “Sediento compás en brisa esquiva” una sensación de vació fui sintiendo. ¿Cómo se escribe poesía vallenata? Del Vallenato lo único que tenía como referencia era a Carlos Vives. Me puse a indagar sobre la ciudad de Valledupar, cuna de la música vallenata, la más popular de Colombia. Abrí un sinnúmero de páginas sobre Valledupar que está en el Caribe colombiano, supe de su fundación española y el importante paso de los juglares vallenatos. Escuchando la música de sus más reconocidos intérpretes fui degustando las andanzas de estos, casi, novelescos compositores y al perderme entre las letras de sus composiciones fui avizorando la portentosa magia que se asentaba en el vibrante palpitar de la belleza de las mujeres y la singular frescura de los galanes que hacen derroche de simpatía en sus míticas parrandas. Los nombres de Sergio Moya, Leandro Díaz, Diómedes Díaz, Rafael Escalona, Hernán Urbina, etc. se me hicieron amigables; grandes contadores de historias con profundas reflexiones filosóficas, amén de una envidiable riqueza melódica. Con todo el material acumulado y la música vallenata cantándome a manera de rumores sus historias candentes con ardientes requiebros en las orillas de los fantásticos ríos que circulan en el departamento del Cesar; así, sin tilde como si fuera una palabra aguda.
Un visionario, Adalin Aldana Mizad, escritor colombiano tuvo la excelente idea de traer a connotados poetas de diversos países para que compongan poemas tomando un verso de las canciones vallenatas más difundidas; de esta manera, se daba inicio a una peculiar incursión literario musical. Así, como yo, veinticinco poetas comenzaron la exploración de la música vallenata para poetizarla y estructurar la primera Antología de poesía Vallenata. Fue una excelente presentación en que ha permitido robustecer el acervo e identidad del vallenato ya no solo en Colombia, sino que, a través de su propuesta ha convertido a los escritores que llegaron a Valledupar -ellos conversaron con los compositores vallenatos, transitaron sus hermosas calles, bailaron sus coquetas melodías internalizando las letras de sus canciones- en auténticos embajadores culturales de la música vallenata y de Valledupar.
Las presentaciones de libros, ponencias, recitales literarios musicales fueron dignas del nutrido público que asistió a la Biblioteca “Rafael Carrillo”, en la Escuela de Bellas Artes, en la Institución Educativa “LOPERENA” en la Plaza de Gobernación y como cierre espectacular se cantó y recitó a orillas del río Guatapurí.
Un sublime encuentro de seres humanos que al son de la guacharaca, tambor y acordeón fueron tejiendo sensibilidades enhebrando la sutileza de los vallenatos y evocando a “Francisco el hombre que venció al diablo…”, bueno, pero, esa es otra historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario