sábado, 19 de abril de 2025

LA MÚSICA Y EL CEREBRO

 MI COLUMNA - Diario Viral . AREQUIPA 29/03/2025.

LA MÚSICA Y EL CEREBRO 
https://edicion.diarioviral.pe/edicion-22-3-2025 - Página 15

La música es más que un arte; es una experiencia que impacta profundamente nuestro cerebro. Influye en nuestras emociones, memoria, concentración y salud física. Al escuchar una canción, el sistema límbico, responsable de las emociones, se activa, llevándonos de la alegría a la nostalgia en segundos. Además, estimula el hipocampo, clave para la memoria, lo que la convierte en una herramienta útil para el aprendizaje y la retención de información.

La música también reduce el estrés al disminuir los niveles de cortisol y promueve la liberación de dopamina, asociada al placer. Esto la hace efectiva en terapias para tratar el dolor crónico, la depresión y otras condiciones. Su poder terapéutico es innegable.

El origen de la música se remonta a decenas de miles de años, posiblemente como una extensión de la comunicación humana primitiva. Los primeros instrumentos, como flautas de hueso, datan de hace unos 40,000 años. Desde entonces, la música ha sido un puente emocional y social, uniendo comunidades y expresando la inefabilidad.

¿Qué distingue a la música de otras artes? Su inmediatez emocional, su dimensión temporal y esa capacidad para generar respuestas físicas. A diferencia de una pintura, la música se desarrolla en el tiempo, envolviéndonos en una experiencia dinámica. Además, su abstracción y universalidad le permiten trascender barreras culturales y lingüísticas.

En resumen, la música es una fuerza que moldea nuestro cerebro, despierta emociones y nos conecta con nuestra humanidad. En un mundo de estrés y desconexión, sigue siendo un refugio y un recordatorio de lo que nos une. Escuchar música no es solo un acto; es una conexión profunda con nosotros mismos y con los demás.



viernes, 18 de abril de 2025

PEPE JARUFE: LA VOZ QUE TRASCENDIÓ AL ÉTER



MI COLUMNA - Diario Viral . AREQUIPA 29/03/2025

https://edicion.diarioviral.pe/edicion-8-3-2025 Página 15

En la memoria sonora del Arequipa, una voz vibra con singular fuerza, una voz que no cantaba, pero que tenía la melodía y el ritmo de las mejores canciones. Esa voz pertenecía a Pepe Jarufe, el hombre que, desde una cabina hizo que su programa "El Tocadiscos", transforme la radio en un oasis emocional, un espacio donde la música y la palabra se fusionaban en una experiencia íntima y trascendente.

Jarufe, a pesar de su renuencia al estrellato y su deseo de permanecer en el anonimato, se convirtió en un "rockstar" de la radiodifusión, un ícono cuya voz trascendió la mera locución para convertirse en un elemento transformador en la vida de sus oyentes. Su estilo, elegante y refinado, no se limitaba a presentar canciones; las revestía de un aura especial, creando una atmósfera cálida y vibrante que invitaba a la escucha atenta y emocionada.

La voz de Pepe Jarufe conectaba profundamente con cada oyente, acompañándolo y augurándole un futuro promisorio. Su programa, "El Tocadiscos", era un ritual donde música y palabra creaban una experiencia sonora inolvidable. La pasión de Jarufe elevaba la música, enriqueciendo el gusto de su audiencia. Más que un locutor, era un alquimista que transformaba la música en emociones y recuerdos, llevándola a un plano superior. Su voz, eterna, acompañó a sus oyentes en sus aspiraciones, augurando el éxito con cada canción.

 

La voz de Pepe Jarufe perdura en la memoria de sus oyentes, evocando recuerdos y sueños. Su legado trasciende las canciones, residiendo en la huella emocional que dejó, demostrando el poder de una voz. En un mundo de voces efímeras, la suya permanece como un recordatorio de que una voz puede ser tan poderosa como una canción, transportándonos a un universo de emociones y recuerdos perdurables.

LA COCINA Y EL CEREBRO

MI COLUMNA - Diario Viral - AREQUIPA 29/03/2025.

https://edicion.diarioviral.pe/edicion-1-3-2025 Página 15

La cocina, más allá de ser un espacio para preparar alimentos, es un elemento clave en la evolución humana. La neurociencia revela que cocinar fue fundamental para el desarrollo de nuestro cerebro y habilidades cognitivas únicas.

Nuestro cerebro, aunque solo representa el 2% de nuestra masa corporal, consume el 25% de nuestra energía diaria. Esta enorme demanda energética sustenta funciones como la memoria, la atención y la creatividad. Lo que hace especial a nuestro cerebro no es su tamaño, sino su cantidad de neuronas: 86 mil millones, con 16 mil millones en la corteza cerebral, responsable del pensamiento consciente.

La neurocientífica Suzana Herculano-Houzel y sus investigaciones respaldan la teoría del primatólogo Richard Wrangham: cocinar fue el punto de inflexión en nuestra evolución. Los alimentos crudos no proporcionaban suficiente energía para mantener un cerebro grande. Cocinar predigiere los alimentos, facilitando su


masticación y digestión, lo que libera más energía en menos tiempo.

Cocinar no solo nos dio energía; también impulsó nuestra evolución cognitiva y social. Al reducir el tiempo dedicado a la alimentación, nuestros ancestros tuvieron más oportunidades para pensar, comunicarse y crear herramientas. Además, compartir alimentos alrededor del fuego fortaleció los lazos sociales y facilitó la transmisión de conocimientos.

Cocinar es más que una actividad cotidiana; es el legado que nos hizo humanos. Nos proporcionó la energía necesaria para desarrollar un cerebro complejo y nos permitió evolucionar cognitiva y socialmente. Así que, la próxima vez que estés en la cocina, recuerda que estás participando en una tradición milenaria que nos distingue como especie.

 

sábado, 5 de abril de 2025

EL ETIQUETADO, entre la utilidad y el perjuicio

 MI COLUMNA - Diario Viral- AREQUIPA 22/02/25

"El Etiquetado, entre la utilidad y el perjuicio"
https://edicion.diarioviral.pe/edicion-22-2-2025 Página 18

El etiquetado es una herramienta cognitiva que nos ayuda a simplificar la complejidad del mundo. Desde una perspectiva neurocientífica, la corteza prefrontal y el hipocampo trabajan juntos para crear categorías que facilitan la toma de decisiones. Este mecanismo, esencial para la supervivencia, nos permite identificar rápidamente patrones, como cuando vemos un semáforo en rojo y lo etiquetamos como "peligro".

En contextos sociales, el etiquetado puede ser problemático. Un joven con tatuajes puede ser visto como "poco profesional", limitando sus oportunidades laborales. En redes sociales, etiquetas como "influencer" o "hater" simplifican interacciones, pero fomentan juicios apresurados. Incluso quienes practican yoga o meditación son etiquetados como "hippies" o "desconectados", ignorando sus beneficios. Estudios en Frontiers in Human Neuroscience (2017) demuestran que la meditación aumenta la materia gris, mejorando atención, memoria y regulación emocional.

Según investigaciones en Nature Neuroscience (2018), el cerebro usa etiquetas para predecir comportamientos. Si alguien es etiquetado como "amigable", liberamos oxitocina, la hormona de la confianza. Si es etiquetado como "amenazante", se activa la amígdala cerebral, asociada al miedo.

En la educación, etiquetar a un estudiante como "problema" puede estigmatizarlo, mientras que llamarlo "creativo" puede potenciar su talento. Erving Goffman, en Estigma: La identidad deteriorada, explica cómo estas etiquetas afectan la autoimagen y las oportunidades.

Aunque el etiquetado es útil, debemos usarlo con conciencia. Las etiquetas no definen a las personas; las experiencias y conexiones auténticas son lo que realmente importa. Construyamos una sociedad que valore la individualidad, no las categorías simplificadas.

 El etiquetado: entre la utilidad y el prejuicio

El etiquetado es una herramienta cognitiva que nos ayuda a simplificar la complejidad del mundo. Desde una perspectiva neurocientífica, la corteza prefrontal y el hipocampo trabajan juntos para crear categorías que facilitan la toma de decisiones. Este mecanismo, esencial para la supervivencia, nos permite identificar rápidamente patrones, como cuando vemos un semáforo en rojo y lo etiquetamos como "peligro".

En contextos sociales, el etiquetado puede ser problemático. Un joven con tatuajes puede ser visto como "poco profesional", limitando sus oportunidades laborales. En redes sociales, etiquetas como "influencer" o "hater" simplifican interacciones, pero fomentan juicios apresurados. Incluso quienes practican yoga o meditación son etiquetados como "hippies" o "desconectados", ignorando sus beneficios. Estudios en Frontiers in Human Neuroscience (2017) demuestran que la meditación aumenta la materia gris, mejorando atención, memoria y regulación emocional.

Según investigaciones en Nature Neuroscience (2018), el cerebro usa etiquetas para predecir comportamientos. Si alguien es etiquetado como "amigable", liberamos oxitocina, la hormona de la confianza. Si es etiquetado como "amenazante", se activa la amígdala cerebral, asociada al miedo.

En la educación, etiquetar a un estudiante como "problema" puede estigmatizarlo, mientras que llamarlo "creativo" puede potenciar su talento. Erving Goffman, en Estigma: La identidad deteriorada, explica cómo estas etiquetas afectan la autoimagen y las oportunidades.

Aunque el etiquetado es útil, debemos usarlo con conciencia. Las etiquetas no definen a las personas; las experiencias y conexiones auténticas son lo que realmente importa. Construyamos una sociedad que valore la individualidad, no las categorías simplificadas.

 


CUANDO EL CEREBRO PREFIERE GUARDAR BESOS Y NO NOMBRES

Cuando el cerebro prefiere guardar besos y no nombres Cuando el cerebro prefiere guardar besos y no nombres Anoche, en un café con aroma s...