YA LLEGA
“CHITO”
Fue un encuentro que se disputaba
ardorosamente en la cancha del Club Pacasmayo y de forma ansiosa se vivía en
las graderías. Eran nuestros padres que bordeaban los 70 años quienes estaban
en la cancha enfrentando al equipo del General
EP ® Raziel Bamberger y sus colegas
(generales, coroneles, etc.)
El equipo iba perdiendo a pesar de las
arremetidas del Gato Lamas, no era suficiente la gambeta del Pibe Zamora, que
quedaba corta ante la estricta y marcial marcación, la inclaudicable entrega de
Chalo Rodríguez no lograba contener los avances del rival a pesar de su
indomable voluntad. El dribling y cadenciosa parsimonia de Gilberto Ruiz no
alcanzaba para nivelar el partidito.
La tribuna esperaba, casi rezaba la
llegada del mejor jugador por aquel entonces del club Pacasmayo “Chito López”.
Nadie sabía a que se debía su demora, pero
de lo que si estábamos seguros es que con su sola presencia el partido tendría
un vuelco total. Las miradas de los atribulados espectadores iban del campo
hacia la entrada del club, esperando que Chito hiciera su aparición.
Chito López, pacasmayino él, había
llegado a Trujillo a la edad de 13 años y fue a estudiar al Colegio San Juan
como interno. Estando en el Colegio, fue convocado a jugar por la selección
estando aún en segundo de secundaria. A pesar de las “argollas” y su corta edad, fue seleccionado por su calidad
y elegancia al jugar.
Ya en Lima, fue a vivir al populoso y
futbolístico distrito de Breña. Sus
dotes futbolísticas lo llevaron a jugar en el legendario equipo “Centro Iqueño”
en donde ya destacaba el “cabezón” Ramón Mifflin, de ahí derivaría en el
Porvenir Miraflores. Entonces, nuestra expectativa tenía una base sólida, ya
que estábamos esperando a un jugador de polendas.
De pronto, nos volvió el alma al cuerpo,
en ese preciso instante hacía su ingreso rutilante, con un trote de campeón
Chito López.
La
exclamación, era de un suspiro de alivio. “Ya
llegó Chito López”.
Ahora,
las cosas volverían a su lugar, no era posible que el equipo castrense nos
ganara en nuestro propio reducto.
Con
él en la cancha recuperaríamos la alegría, el honor y nos daría la dulce
sensación de “voltear” el partido.
Rápidamente, Chito se despojó del buzo e hizo
su ingreso en reemplazo del general FAP Cabrejos que jugaba para el Club.
Primer
toque de balón, la bola se le pasa por debajo del pie. Bueno, todavía está
frío.
Segundo
contacto con la pelota, ésta rebota en la canilla y sale del campo, va a
pararla de “pecho” y la redonda se va de
costado, intenta dar un pase y la “vedette” va a un contrario y anotan en
nuestro arco.
Las miradas de los hinchas, vuelven a
cruzarse, del frío desconcierto pasamos
a la furia y desencanto que derivaría en el estentóreo grito “que se vaya Chito”.
Hoy,
ya pasados algunos años, la
expresión típica de la peña de los sábados es
“ya llega Chito”, cuando
queremos referirnos a una situación que no va a tener arreglo a pesar de la
intervención de cualquier bienintencionado.
Pero, ¿qué pasó con “Chito López” en aquel
encuentro?
Aún,
hoy día, ninguno de los que estuvieron presentes tiene respuestas para tan
desastroso partido. Tal vez, valga la pena preguntárselo.
Lo
pueden ubicar los días sábados a partir del mediodía hasta la 7 de la noche en
el Club Pacasmayo.(Chupando Rico)
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