Buenas
noches distinguidos concurrentes.
Sr.
Pdte. Del club provincial Pacasmayo.
Miembros
del Consejo Directivo
Realmente,
es muy grato dirigirme a tan selecto público para dar algunas pinceladas sobre
la historia de nuestro Club.
Y
voy a iniciar mi alocución con una pregunta:
¿Qué
llevó a estas singulares personas que salieron de su pueblo? muchos de ellos
jóvenes, para seguir estando juntos en un lugar distante y desconocido?
La
respuesta parece ser muy clara:
Pero,
podríamos ensayar algunas posibilidades:Se reunían porque, desean tener una pertenencia de grupo.
Compartían los mismos objetivos.
Tenían las mismas metas.
Querían dar y recibir energía.
Todas
son válidas, que duda cabe. Sin embargo, hay una que me parece más cercana y
real.
Para compartir recuerdos y vivencias, para ver
en los ojos de todos los que se reunían:La tranquilidad y señorío de San Pedro mientras degustaban los incomparables tamales.
Tal vez, sentían el aire que se filtra entre las palmeras de la Plaza de Armas de Jequetepeque mientras imaginan beber una rica chicha, de esa enterrada.
O, transitar las emotivas e históricas calles guadalupanas, haciendo tiempo para placerse con los exquisitos sánguches de pavo.
Admirar desde San José las tierras del cacique Tecapec y caminar en el intrincado cañoncillo
O, vivir el colorido y agitado comercio en Chepén. En esa época era parte de la provincia.
No me cabe duda que evocaban la serenidad y belleza de una de las más hermosas playas, donde un Faro y Muelle, fungen de guardianes.
No es fácil dejar la tierra, tus
costumbres, la hora de ir al mercado o, simplemente, saludar a las personas que
caminan por sus veredas, de quienes conoces a sus padres y sabes de memoria las
chapas de todos.
Estas
personas pensaron todo esto, por eso, llamaron a los amigos que radicaban en la
capital y juntos emprendieron la ardua tarea de hacer un rinconcito de su
provincia en la vorágine limeña.
Llevaron
a sus hijos y parientes. Ilustres grupos familiares brindaron su colaboración,
dedicación y, sobretodo, lo más preciado en la vida de un ser humano entregaron
su tiempo, para fortalecer este club que se inició en el Jr. Higueras. El enorme
gesto don Damaison, que adquirió este terreno y, luego, muchos connotados
socios y personas notables de la provincia fueron adquiriendo bonos para cubrir
ese costo.
Se
formaron interesantes grupos que coadyuvaron a la labor de los diferentes
Consejo Directivos que fueron elegidos: Comité de Damas, Comité de damas de la
Virgen de Guadalupe. Muchos conspicuos socios realizaron interesantes
actividades económicas para adquirir el área que hoy es el campo deportivo. Otros,
contribuyeron con parte de su peculio para hacer realidad la piscina. Grupos
criollos armaron peñas, fiesta, tertulias y campeonatos deportivos en estos
recintos. Uno de los últimos grupos, que subsiste, es la peña Los Porteños que va
camino a los treinta años de existencia.
Los
diferentes presidentes del club se abocaron a consolidar y formalizar al club,
cada uno dio un importante y valioso aporte. El club siguió creciendo. Estas
últimas presidencias relanzaron al club y consiguieron importantes logros: El
espectacular auditorio, el nuevo Bar, remodelación de la cocina, los salones
Cañoncillo y VIP, la Piscina temperada. Hoy, por hoy, nuestro Club goza de un
inestimable prestigio y ostenta una acabada y moderna arquitectura. Pero, no
debemos olvidar que el principal objetivo de quienes soñaron a este club, que
hoy nos acoge, fue el de preservar nuestras costumbres, tradiciones; que
sigamos trasmitiéndoles a nuestros hijos, familia, amigos, que no olvidemos la
tierra que nos dio origen.
¿Qué
significa el club Provincial Pacasmayo? ¿entonces?
Que
cuando lleguemos al club, sigamos encontrando
el saludo campechano que uno se da en cualquier calle de la provincia,
que no falte su seco de cabrito en la fraterna conversación, que se sienta como
se mece el arroz bajo el intenso sol sampedrano, que la hermosa vista de San José será
aún más bella si nos encaminamos hacia la libertad”, que se perciba el misticismo
de ir a rezar a nuestra virgencita de Guadalupe, que se siga comentando el
espectacular cuadro cuando el río decide entregarse al mar, que sintamos esa
singular arena que destella cuando el sol teje esos magníficos atardeceres en
las playas pacasmayinas y aspiremos esa dilecta brisa que insufla nuestros los
pulmones.
Este
soberbio edificio, es solo, el ropaje, el atavío de muchos anhelos y recuerdos
que anidan en nuestro espíritu. Ningún, coprovinciano debe olvidar este
trascendental testimonio. Todos tenemos la obligación de conocer nuestra
historia, identificarnos con ella y enseñar al invitado.
Defendamos
este grandioso legado, que no se pierda y quede enterrado en las arenas de la
ingratitud. Si no lo hacemos nosotros, nadie lo hará.
No
preguntemos ¿Qué puede hacer el club por nosotros? Si no
¿Qué podemos hacer por el club?
Felices 78 aniversario Club Provincial Pacasmayo.
¡Muchas
Gracias!
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